Dicen que crecer duele, pesa, desanima, desalienta, despoja, destapa y desespera...
Dicen que el prefijo 'des' es fundamental para invertir el significado
de su palabra primitiva, ¿cuál es esa palabra primitiva que expresa
carencia y negación? Será el hecho de que crecer significa dejar esa
primogenidad que nos trajo al mundo cargando la vida encima, y la vida
de nuestros padres y la vida de los padres de nuestros padres...
Crecer
alimenta. Me alimenta la esperanza de intentar saber qué será de mí
cuando crezca. Sin embargo, ya han pasado casi 22 años y lo único que sé
a mi corta vida -o larga, dependiendo quién esté leyendo este texto- es
que crecer me ha hecho descubrir muchas cosas de la vida que no sabía
que sabía, y que realmente no quería decir. Ser joven tiene muchas
ventajas. Puedes salir a la calle y gritar mentadas tieniendo la
certeza de que el que aún no crezcas lo suficiente para hacerte responsable
de lo que dices, te brinda la oportunidad de regresar a casa y saber
que hay alguien ahí que estará para decirte que no importa cuál mal
hayas hecho, está para apoyarte, siempre. Los padres.
Los
padres son ese mal necesario, dicen unos. Son ese bien necesario, dicen
otros. Pero lo padres siempre están y, al menos mi madre, siempre ha
estado ahí cuando la necesito y cuando no la necesito también. Yo sólo
podría decir que es la mejor madre del mundo. La amo. Mi madre es tan
padre que es a toda madre.
¿A qué va esto? podrían
decir. ¿Qué tiene que ver con este blog? TODO, porque tanto Mariana,
como yo estamos a nada de terminar ese ciclo del que todos hablan y que
nadie te dice que apenas empieza. Estás creciendo, dicen las voces...
cuáles voces, no sé. Pero esas que te castigan, que te hacen temblar si
sientes que has logrado todo lo que esperabas o si sigues esperando los
logros.
Despojarse de la juventud tiene su precio, pero despojarse libera, como el arte.
Despojarse es una cuestión de higiene. La juventud es una piel que se muda con los golpes, con la vida.
Dice
mi padre que la juventud es una enfermedad que se quita con la edad....
pero la verdad es que crecer encarcela y deja encarcelarse. Es por eso
que no hay que permitirle a la vida que te deje crecer sin pasar por la
libertad primero.
El miedo es gracia. El miedo da más
miedo y escribir ofrece bondades que sólo las palabras poseen. Por eso y
mucho más, Mariana, amiga... a unos meses de liberar-me y despojar-me
de una etapa de plena juventud y mucho apego, te dejo esta carta...
A seguir escribiendo, porque crecer y escribir es lo único que nos hace vivir....
A donde nos lleve la vida, Mariana...
Te quiero mucho. :)
Enriqueta Arias.