lunes, 27 de mayo de 2013

La maison de Theodor y el buen té

 Para hacer un buen té se necesitan tres cosas: la Tierra, el Hombre y el Cielo 

 

La mayoría de las veces -si no es que siempre- pensar en té nos remite a la típica tradición anglosajona de acompañar esta bebida, de las cinco de la tarde, con un pastel o galletas. Sin embargo, con el paso de los años la cultura del té le ha dado un lugar cada vez más importante en la mesa y el paladar de cualquier comensal. Apostar por el té, como una bebida que se puede maridar a la perfección con cualquier tipo alimento, desde carnes y pescados, hasta los más refinados postres, ha logrado que la maison de Theodor sea sinónimo de sabor, calidad y una infinidad de aromas.





Guillaume Leleu es uno de los 30 tea tasters que hay en el mundo. A sus  35 años, también es el más joven. En 2002 fundó su propia casa de té, THEODOR, que en griego significa 'Don de Dios'.  Su primera boutique la estableció en el 16ème, barrio parisino ubicado cerca de Trocadero y la Tour Eiffel. Este pequeño local fue el inicio de la Casa THEODOR hace casi 10 años y actualmente cuenta con más de 300 mezclas y presencia en 35 países ofreciendo el universo del té, incluyendo en México. 


En el caso de Guillaume, su pasión por el té nació a partir de la escritura, y gracias a ella la variedad de sus mezclas han logrado ir al vaivén de las letras y han roto con la idea de que sólo el té natural es noble, pues así como la poesía, el té conlleva un equilibrio entre los perfumes, las notas y el difícil ejercicio de la alquimia. Pero algo es seguro, cuando el té actúa y encuentra en la naturaleza, del paladar, la mezcla perfecta y la palabra precisa, se ha logrado la nota exacta, la bebida perfecta.

Así que no dejen de ir a la boutique de THEODOR, ubicada en la calle Temístocles núm. 24 de Polanco. Entre Emilio Castelar y Campos Eliseos.


Lo más recomendable es comenzar con los tés blancos, que van muy bien con frutas y entradas dulces, posteriormente, si quieren maridar con un platillo salado, un té verde es la mejor opción, ya sea con un salmón ahumado o cualquier pescado blanco en una crepa salada. Para concluir, los tés negros tienen toques más ahumados y van perfecto con los postres. 


Nuestro favorito, sin dudas, es el té negro de vainilla y almendras, acompañado de un soufflé de calabaza dulce y crema de coco ¡ufff! :) 




Enriqueta <3 <3




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